Suerte que Julio Ramón se topó en Lima con
auténticos amigos. Desde que volvió en la década de 1990 su vida recupero un
aire reparador. Willy así lo cree y me narra ciertos pasajes que dan cuenta de
esos instantes felices, sin niebla, de puro fulgor.” Cuando volvió a Lima
sintió una renovación vital, aun cuando el Perú de los noventa no era el que
conoció en juventud, pero era una realidad con la que se sentía cómodo pese a
las dificultades del país en esos años. No lamentaba haber dejado Paris, aunque
su biblioteca estaba allá, así como su esposa y su hijo, aunque por entonces ya
llevaban vidas separadas. Hacia sus últimos años sintió una atracción por una
mujer que derivo en una sentimiento amoroso, algo que el instintivamente rechazaba,
supongo que a causa de viejos desengaños o por sus carácter desconfiado. Una
vez me anime a preguntarle en un momento favorable a las confidencias si es que
estaba enamorado. El dudo un poco, pero finalmente me dijo “Si pero tengo un
problema “Su voz tembló en ese momento. “ Que le puedo ofrecer a una chica
menor que yo. A lo sumo me dijo, a mi me quedaran unos diez años mas de vida” .
A pesar de su cautela se vio arrastrado por esa pasión, con gusto.
Enrique Sánchez Hernani– El ultimo Ribeyro
Enrique Sánchez Hernani– El ultimo Ribeyro
No hay comentarios:
Publicar un comentario