Vistas de página en total

viernes, 31 de enero de 2014

Fragmentos del libro , Julio Ramón Ribeyro : Penultimo Dossier ( Parte 1 )



Alguien ha dicho que en el mundo de la filosofía se nace platónico o aristotélico. Del mismo modo, en la literatura se nace clásico o romántico. Julio Ramón Ribeyro es un escritor clásico. Lo es un vida y en su obra.

                                                 Washington Delgado – Unas notas al margen.

El lema de esta vida podría ser “La serenidad creadora”

                                                  Washington Delgado – Unas notas al margen.

El hogar de la madre, cantina que no tuvo mucha vida y que era llamada así por que las frases eran más violentas: madre y los genitales de la mujer estaban presentes en toda comunicación.

               Manuel Acosta Ojeda “Mi amigo Julio Ramón Ribeyro entre poemas y  carambolas”

Cierta vez ocurrió algo que nuestro narrador nunca olvido: Una noche llego un periodista argentino que quería conocer al peleador callejero. El periodista tenía una gran admiración por el negro mundo. Cuando se lo presentaron dijo: “ ¿Vos el negro mundo?. Edmundo Quiñones: “Para usted servirle señor”. El argentino no pudo más y grito: La puta que lo parió. Un trompón del negro Mundo dejo dormido al periodista argentino.

Manuel Acosta Ojeda “Mi amigo Julio Ramón Ribeyro entre poemas y carambolas”

En la vida, en realidad, no hacemos más que cruzarnos con las personas. Con unas conversamos cinco minutos, con otras andamos una estación, con otras vivimos dos o tres años, con otras cohabitamos diez o veinte. Pero en el fondo no hacemos sino cruzarnos (el tiempo no interesa), cruzarnos y siempre por azar. Y separarnos siempre. (p. 43)

Prosas apátridas
Julio Ramón Ribeyro
Seix-Barral , Barcelona,2007

Prosas Apátridas  , basto para que en ciertos círculos  españoles comenzara su fama su fama de autor de culto. Sobre este volumen anoto Mario Vargas Llosa: “ Libro inclasificable y marginal , compuesto sin designio preciso , al correr de los años, en momentos de entusiasmo y desesperación , al sesgo de su trabajo de narrador, tiene de diario secreto y de libro de aforismos, de ensayo filosófico y borrador de ficciones, poesía y tratado moral . Pero es sobre todo un testimonio.---de prosa exacta de incitantes  ideas----  del propio Julio Ramón Ribeyro.
Peter Elmore – Cazador sutil. Un brece panorama.

Suerte que Julio Ramón se topó en Lima con auténticos amigos. Desde que volvió en la década de 1990 su vida recupero un aire reparador. Willy así lo cree y narra ciertos pasajes que dan cuenta de esos instantes felices, sin niebla, de puro fulgor.” Cuando volvió a Lima sintió una renovación vital, aun cuando el Perú de los noventa no era el que conoció en juventud, pero era una realidad con la que se sentía cómodo pese a las dificultades del país en esos años. No lamentaba haber dejado Paris, aunque su biblioteca estaba allá, así como su esposa y su hijo, aunque por entonces ya llevaban vidas separadas. Hacia sus últimos años sintió una atracción por una mujer que derivo en una sentimiento amoroso, algo que el instintivamente rechazaba, supongo que a causa de viejos desengaños o por sus carácter desconfiado. Una vez me anime a preguntarle en un momento favorable a las confidencias si es que estaba enamorado. El dudo un poco, pero finalmente me dijo “Si pero tengo un problema “Su voz tembló en ese momento. “ Que le puedo ofrecer a una chica menor que yo. A lo sumo me dijo, a mi me quedaran unos diez años mas de vida” . A pesar de su cautela se vio arrastrado por esa pasión, con gusto.

                                                      Enrique Sánchez Hernani– El ultimo Ribeyro




En todo caso, me hace pensar en lo que Cioran escribió sobre otro escritor que también que también, como este me resulta afín Ribeyro: “Para adivinar a ese hombre separado que es Beckett , habría que detenerse en la frase “mantenerse aparte”. Divisa tasita de cada uno de sus instantes, en lo que eso supone de soledad y de obstinación subterránea, en la esencia de un ser que encuentra fuera, que prosigue un trabajo implacable y sin fin”. No solo estas apreciaciones me parecen exactas para Ribeyro, sino que el mismo escribió su impresión de haber errado el camino, de estar condenado a para siempre á côté de la question.
 La Elegancia de la desesperación. – Jorge Bruce.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario