una hoja que el otoño enrojece y arranca,
una nube ligera y solitaria,
una pobre sonrisa que a nadie se dirige,
la caricia que teme entregarse del todo,
el fulgor que naufraga cada día;
cualquier cosa es más firme y duradera.
El temblor de una rama, el copo de una ola,
la brisa que levanta una brizna de olor,
el perfume a jazmín que apenas se percibe,
el estremecimiento con que llega la noche;
todo es más resistente y estable que el amor.
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