Vistas de página en total

martes, 25 de marzo de 2014

VINUM SABATI (Arthur Machen)





“El perro se pasó la tarde ladrando, llorando y arañando la puerta. Una vez lo dejaron entrar, pero parecía frenético. Corría del uno al otro, tenía los ojos inyectados en sangre, echaba espuma por la boca y mordía las ropas de todos, hasta que lo volvieron echar fuera, a la oscuridad. Lanzo un aullido de angustia, largo y tristísimo, y después no lo oímos más…
Arthur Machen en el terror.
Era un bosque de pinos y abetos. Viejos sauces y encinas doblaban sus ramas secas como brazos cansados. No había viento, ni ruido, ni sonido alguno que indicara vida, solo los fríos esqueletos de lo que algún día viviera. Una niebla pesada, densa, suspendida inmóvil al pie de los árboles muertos. Todo era gris, o negro, hongos supurantes, pudriéndose, llenando del mas fétido olor el poco aire respirable. Gusanos retorciéndose entre los cadáveres luchando frenéticos por devorar la carne podrida y suave.

Al ir penetrando en el bosque se veían aves grises, disecadas por la muerte en el rictus que las descubriera. Más gusanos y las primeras moscas que apenas podían volar, enormes moscas fornicando histéricas sobre los cadáveres.
Festín de carroña, de memorias y recuerdos, de amores y alegrías que como la vida ahora se pudren en olvido gris e inerte. Buitres y hienas miran en silencio los cadáveres, ignorándolos, tienen los buches y las panzas llenas. Siguen los gusanos en sus estómagos digiriendo la muerte.

Se escuchan unos pasos, lentos pero firmes. Sonido de cascos sobre los huesos esparcidos, hace más notorio el silencio, el rítmico andar de algún ser infernal. Entre la densa bruma se ve aparecer una sombra robusta y negra, un resoplido de hocico levanta la niebla del suelo, enormes gusanos retorciéndose vuelven al ocultarse bajo la niebla. Es un enorme carnero negro. Grande como un toro quizá, lleva las patas manchadas de sangre y las costras moradas le suben por los flancos. 

La luna negra arrastrándose sobre los cuerpos es una costra informe danzando entre sus patas al ritmo de sus pasos. Su cuernos, grises y enormes, son espirales de muerte. Los ojos rojos de fuego de sangre, miran inyectados, desvariados hacia ningún lugar aparente. Lleva sobre la frente el símbolo de su dueño, tallado en sus carne viva ahí, eternamente sangrante como la condena en el infierno. La estrella invertida de cinco puntas, el pentagonom, el signo de la caída del hombre. El mal, ayudado por el hombre, tomó el cielo por el asalto y venció.

El mundo es hoy una piedra fría y gris flotando por un espacio indiferente. La tierra girando alocada muerta sobre un eje sin razón, pues hay solo un entorno, tibio invierno consumiéndose…
En un frío rincón de ese pútrido despojo, es una isla bretona hoy son nombre fue devorado por gusanos el hombre que creara este mundo y otros.
Arthur Machen.
Narrador testigo Vela 13/V/XCI

domingo, 23 de marzo de 2014

La Porka Vida.




Un actor de teatro, pide ayuda en los medios y en las redes sociales se escucha un lejano eco. Una cantante de un grupo popular muere y conmueve a toda una sociedad alienada. Uno de los  mejores mimos del mundo cumple años en un día como hoy el ya no está   y parece que nadie lo recuerda. El día mundial del teatro se celebro hace unos días y no vi ningún comentario y ninguna epístola teatral o  tan solo palabras sentidas para recordar y rememorar unas de las artes más bellas de este mundo. Una pareja de mimos adultos camina por las calles y son pocas veces reconocidos. Un cuento me hace recordar alguien que ame mucho, un hombre de teatro, un artista, un sabio, un mentor, un Padre que no queda solo en la palabra. No solamente era un Padre de ideas, de sabiduría y de conocimiento. Era el hombre más fuerte del mundo, no necesitaba de afectos y estaba solo pero hermoso. 

Este mundo incompresible lleno de errores humanos no supo comprenderlo, la marginación que sufrimos los artistas por nuestras misma especie, es aberrante, indignante, no se si esto sea un caso aislado del tercer mundo, pero esa historia burda  del primer mundo y del tercer mundo me da que hacer, es la peor mentira que se le puede hacer a toda esta parte del mundo llamada Latinoamérica, que grita por ser  independiente y tal vez en un futuro no muy lejano unida. La campañas devastadoras hechas por los grupos fuerte de poder esos que dirigen los brazos armados de ciertas naciones, esa que golpean y mancillan la libertad del ser , no cesan en sus planes para deshumanizarnos y vendernos todas las  mentiras fabricadas según tu sociedad , tu nivel económico capitalista o tu obsoleta condición social. Ellos quieren verte dormido, indiferente, como un zombi  sin vida, sin rumbo. 


El dinero ese invento que es un insulto a la inteligencia de los hombres creado para tener una aparente estabilidad, económica ,entre tantas cosas que rigen el actual mundo globalizado. No contentos  nos quieren dejar algo peor que la hambruna mundial, es llenarte de miseria humana, el de estar vació.  No obstante tenemos que luchar el día a día, levantarse cada vez que nos caemos. Aquella constante lucha contra el tráfico. La vida carece de sentido y darle color y forma es algo que no es fácil, mas una cuando todos van corriendo el aquella carrera de caballos presurosos por lograr objetivos personales si mirar a nadie. 

Me siento a mirar el vació que dejan todas las cosas y un panorama oscuro cubre mis pensamientos, las nubes grises que empañan mi ciudad hacen soplar al viento. Un agitado día me espera ya no se en que pensar de todo esto. Consumar todos los sentidos y expandir el horizonte en el ocaso no basta. Contemplar parece ser la mejor forma. Me siento como un hermoso perdedor que no encuentra su camino, me siento como el asesino de las causas perdidas, destruirlo todo para construir algo mejor que todo esto. Me doy vuelta busco la mejor forma de dormir un sueño largo, alguien me llama, volteo  a ver quién es y no veo a nadie. Tengo la impresión que unos ojos me observan a lo lejos parece un felino escondido entre la noche y la luna. Una brisa de mar, me conforta y siento que el compañero está ahí dándome aquella mano en momentos tan insípidos como este. El sueño pesa sobre mis ojos y el descanso del cuerpo me desploma. El sueño recurrente de despertar antes de caer al vacío me hace pensar que no estoy solo, una energía me protege y otras intentan dañarme. Me doy cuenta que los estados mentales infunden felicidad y tristeza uno elige con cual quieres quedarte, las dos son buenas pero en la tristeza todo se vuelva alma. El dolor del alma que sentía Vallejo y el acero gris de la vida que habla Cioran llevan como salida al suicidio. Me hacer verme en un espejo sin reflejo.

Ya no mendigues, ya no pidas, solo brilla como un loco diamante filudo.
Arder , siempre arder en medio de la oscuridad.
Elo.

lunes, 17 de marzo de 2014

El despertar del Jardín de los presentes.


El Claro celeste de la mañana, me despierta, una luz entra por la ventana y el sonido de los pájaros me hace pensar que es la música del futuro.
Todo esto me hace suponer que estoy en un lugar donde no suelo estar.
Un sillón me recuerda, a tantos lugares donde alguna pase el reposo de mi sueño. Cuando la noche apura al cuerpo para dormir no hay nada que lo detenga.

Muchas caras, pasan por mi mente al despertarme. Cuantos niños jugando, andando por ahí en un desolado mundo, donde en algunas regiones azota el frio y muchos de ellos no puede llegar ver el mañana.
Si no fuera por la sonrisa de los niños este mundo como lo conocemos no tendría ninguna esperanza.
Alisto mi mochila, y me doy cuenta que cargo más cosas de lo común. Trato de salir si hacer mucho ruido. Y me doy cuenta que  ellas duermen. Pienso muchas cosas mientras miro la hora. Salgo a la calle y encuentro un distrito muy ajeno a mí. Tanto tiempo paso por estas calles, donde salía de un bar, con maletines de discos en mano. Sin ninguna gota sueño, con lo pómulos marcados y los ojos tremendamente inyectados. Eran noches duras y de corazones blandos. El tiempo pasa y tengo una sequedad en la boca. Camino varias cuadras y de pronto diviso una extraña bodega que tenia las puertas de en par en par abiertas. Estaba sorprendido pues normalmente no hay nada abierto en esas horas. Fue entonces que comprendí que no estaba en Barranco y nada que se le parezca. Entro a la bodega y antes de cruzar la pista noto un edificio viejo a lado del, aquel edificio me trajo algunos recuerdos uno de ellos fue la vez que acompañe a un amigo a dejar su material para que lo pasaran por aquella radio trasmisora llamada “Radio Miraflores”. Aquella radio estaba al costado de aquella antigua bodega donde encontré a un hombre mayor de bigotes blancos y cabellos grises con negro.

Saludo cordialmente al sujeto de la tienda y me recibe con una sonrisa, de pronto asomó la mirada por sus vitrinas y encuentro unos crisinos de ajonjolí y otras galletas naturales, pero no encontraba lo que me disponía a comprar inicialmente, era una crisinos de orégano y un jugo.
Entonces le lanzo una pregunta ¿Tiene Crisinos de Orégano? El señor de  pronunciados bigotes se acerca a la vitrina junto conmigo del otro lado del mostrador y me responde: -Joven parece que no.- Respondí con mucha serenidad: No se preocupe deme el crisino de ajonjolí con una botellita de jugo de durazno.
Me dispongo a buscar unas monedas para pagar lo que pedí y entra una cuadrilla de serenazgos mujeres, todo con el gorrito que les recoge el cabello y uniformadas impecablemente.
Dejo las monedas sobre el mostrador. Y ellas piden café y sanguches de pollo. Toman asiento al fondo de la bodega y son atendidas por el señor de la tienda. Cojo mi vuelto y salgo del lugar con cierta prisa. Saludo cortésmente alguna de las chicas de serenazgo que estaba recién entrando a la bodega y una de ellas me mira de pies a cabeza y se ríe. Solo le respondo con una sonrisa. Ella me sigue mirando y me señala con sus guantes de cuero negro de que mi bragueta está abierta. Salgo con mucha prisa y me hago a un costado de la  bodega , para subirme el cierre y este se me queda trabado a  la mitad, me bajo el polo y sigo mi camino riéndome de lo que me pasa.
Calles abajo veo el parque “Salazar” actualmente convertido en un frívolo centro comercial. Tomo dirección hacia Barranco y decido ir por el malecón. No ver el sol por la mañana me hace caminar ligero cruzando parques y arboles. Noto desde el malecón unas nubes algo densas que impiden que el ardoroso sol no salga en toda su plenitud. Me detengo a contemplar la pasividad del mar desde arriba y unas nubes raras y una densa neblina cubre  Barranco, que con la justas puedo apreciar de  lejos. Aquella matinal mañana la costa verde está cubierta de nubes y una cegante neblina. Volteo a mirar como las personas que viven por ahí hacen deporte, unos corriendo, otros caminando, algunos tan solo sentados en el gras haciendo algún tipo de gimnasia corporal. Desde donde estaba veo un camino que tomaba, cuando me dedicaba a entrenar, solía ir por ese camino al salir del gimnasio o cuando venía de hacer aquellas caminatas matutinas. De pronto me dije: “No estuve tan lejos de ellos”.

Alguna vez fui uno de ellos, que se levantaba temprano, y salía con ropa ligera, y me encerraba en un gimnasio para luego bajar a la playa para caminar bordeando el mar. Recuerdo que la mayoría de veces bajaba solo a la playa y siempre con música en  los oídos, recordé que tuve una eterna compañera llamada “Música”.
Ahora no me ejercito con el rigor de antes, ahora me ocupo de ejercitar un musculo que a veces dejo de usar cuando no estoy concentrado o tan solo no presto atención a lo que me pasa. Se  que también necesita ejercitarse me refería a  mi cerebro. Aquel musculo que no solemos ejercitar con mucha frecuencia.
Esa mañana no sabía que escuchar, me apetecía escuchar el despertar de un distrito.
Luego de estar mirando el mar con la mirada ida. Una gran pregunta me brota de la cabeza haciéndome serios cuestionamientos ¿Por qué me gusta observar tanto y no ser partícipe de ello?
Dicen que unos de los nombres de la inteligencia es la observación. Llevo muchos años observando demasiadas cosas. La mayoría las dejo pasar. A veces siento que no puedo cambiar el guion de mi propia película. Pero si dirigir a donde va toda mi historia con mis acciones.
Ya nadie riega los jardines. Son pocas las personas que van por ahí leyendo o escribiendo sobre la banca de un parque. Ya nadie saluda en las calles me decía un caballero de antiguas épocas. Las chicas andan con el seño fruncido. Como si fueran hacerle algo. Todos van a la defensiva. A nadie le importa lo que le pasa al otro. Todos van, corriendo, agitándose, esforzándose, llenando de sudor todo el cuerpo.
Me pregunto, si la nostalgia que sentía Ribeyro de aquel Miraflores olvidado, por el paso de la modernidad devorante que se lleva todo lo que alguna vez tuvo historia. Me imagino a Julio Ramón Ribeyro sentado en un café de Miraflores, entre cigarros y botellas de buen vino tinto. Es que acaso el también alguna vez se preguntaba lo siguiente: ¿Este es la realidad de hoy? ¿Este presente es producto de todo lo que llamamos progreso?

Bajo la mirada, y la levanto para buscar alguna banca donde pueda descansar y leer un rato. Dejo la mochila y contemplo el enorme parque. Una niñera pasa con un Bebe en un coche. Noto que la criatura mira con mucha atención a los pájaros que no dejan de cantar. De pronto me ve y se va acercando, pues su niñera va en dirección al lugar donde estoy sentando. El pequeño niño me mira, le sonrió y lo saludo levantando la mano. El niño me devuelve el gesto con una sonrisa tímida. 

Horas después de tomar una pequeña siesta. El sol hace llegar su rayos caloríficos y un bochorno se siente. Tomo mi mochila y me la pongo para poder seguir mi camino hacia Barranco. Me dispongo a levantarme de la banca y veo que una niñera venia a toda prisa, sujetaba a un perro con una mano y con la otra llevaba el coche de un niño. La mirada de aquel niño era muy llamativa, una picaresca mirada se le dibuja en el rostro. Sacaba el cuerpo del coche para ver por donde pasaba. El niño me llega notar de muy de cerca, le cause tal impresión, y entonces vi como sus ojos se le sobresalían. Levanto la mano para saludarlo y me dejo una sonrisa y una risita risueña. Lo veo pasar riéndose y me digo: “Tal vez, no  todo esta  tan podrido como parece”,
Iz.
Marzo 2014.

viernes, 7 de marzo de 2014

Solo tenían una guitarra y Bandoneón




Era jueves, me sentía con ganas de relajarme un poco, tal vez buscar la sombra de un árbol hubiera sido lo más  adecuado, pero hace poco descubrí por intermedio de unos colegas viajeros, un sitio donde se puede estar a solas leyendo o fumando el humo de la libertad, sin que los ojos de algún sapo transeúnte te juzgue por la manera como vistes o hablas o piensas. Tirado en ese gras, sin calzado, me dispuse a escribir muchas cosas que se venían a la cabeza ideas muy desordenadas que se me mezclaban  entre la razón y el olvido. Esperaba a una amiga que no veía desde hace mucho, había mucho de qué hablar y reír. La conozco desde hace mucho  y el solo hecho de tenerla a mi costado contándome en lo que esta, me hace pensar que este mundo no esta horrible como se piensa, en algo que si concluyo es que las amistades femeninas calman todo locura desequilibrante del hombre. Por el solo hecho de conservar con ella me hace fuerte todavía. Recuerdo que hablamos de varios temas, intercambiar ideas con ella es siempre agradable pues podemos hablar de todo y reírnos, pues al final la vida es un chiste contado a medias. Luego de estar sentados en la banca de un parque charlando. Veo el reloj de mi teléfono y veo que todavía es temprano, tenía una reunión  en Miraflores, y hasta ese entonces había olvidado hacer algo importante en otro lugar. En el estado que me encontraba, ya nada importaba.

Solo vivir, el caer de la noche, Entonces me dispuse a ir aquel lugar donde aquellos músicos  de la calle nos enseñan a través de sus instrumentos que la vida  no acaba cuando se oculta el sol, los instrumentos dan inicio de una hermosa velada que se repite todas las noches en aquel lugar del parque de Barranco. Los músicos que se reúnen, ahí normalmente, son extranjeros, viajeros y también esta nuestros compatriotas, jóvenes que quieren aprender a tocar instrumentos  y deciden practicar lo que saben en público. Aquella tarde noche, me toco escuchar una bella introducción de Beirut , banda que no le di mucha bola , hasta que conocí a una amiga que quiero y admiro mucho “Pao” , una amiga llena de talento , ella me enseño aquella música que desconocía. La música empieza sonar, la guitarra ejecuta sus primeros acordes y el bandoneón lo acompaña y una charango se escucha del otro lado, dando inicio a una hermosa melodía que ahora intento buscar, pues fue lo mejor que oí en aquel momento. De pronto los espectadores y transeúntes son tocados por esa hada musical que todavía tiene el poder de encantar aquellos oídos cansados del ruidismo urbano de una ciudad. 



De pronto la música llega su fin y los merecidos aplausos no se hacen esperar. Lanzo una pregunta, para decirles a los chicos si lo que tocaron era suyo y ellos me respondieron: Beirut. – Muy bueno- respondí – De pronto unos tipos se acercaron unos de ellos llevaba una chaleco que decia fiscalización el otro era un serenazgo motorizado , empezaron a intervenir a los chicos , diciéndoles que estaba prohibido hacer “bulla” en la vía publica , fue lo más salvaje y abusivo que vi , el abuso de autoridad , el exceso de esa gente , de aquellas autoridades que defienden un municipio , actuaron como si esas personas tuvieran alguna arma , o algo que dañase la tranquilidad de ese momento , solo tenía “una guitarra y un bandoneón” , ellos sin embargo tenían un perro con bozal , un sujeto armado que bajo de una moto y otro parado de manos cruzadas con una mirada matonesca. Y un tipo que hace llamar fiscalizador porque tenía un chaleco que lo decía. La intervención seguía , no soportaba  ver que los chicos que trataban de explicar razonablemente lo que hacían , no eran comprendidos , todo lo contrario eran mutilados por la rigidez de unos tipos que solo sabian obedecer órdenes y disposiciones municipales que nadie sabe. Me toca intervenir, no soportaba que un tipo me este dando la espalda con un chaleco ridículo que dice FISCALIZADOR, y que sean tan abusivos con aquellos jóvenes que solo tocan música, “No Bulla” , lo primero que digo fue los siguiente : Vengo aquí cada noche , y es la primera vez que veo algo así , siempre los músicos se reúnen aquí para tocar. Esto es un abuso, dejen a los chicos en paz, por favor en donde estamos, no sean tan ignorantes. Quizás me excedí con la palabra final pero el ver como llamaba a  los refuerzos para sacar a los chicos, por no querer moverse me dio mucha cólera, rabia. 



No entendía porque a la gente con algún don para la música sufría una injusticia de esas autoridades careciente de criterio y razón. Al ver que mi palabras no fueron escuchadas, me levante de la banca  y subí el tono de la voz denunciando lo que estaban haciendo. Uno de ellos, me dicen nos está faltando el respeto, Óigame un momento , ustedes empezaron a faltarles a ellos – dije—El tipo me mira y se da vuelta y empieza a llamar mas refuerzos , no sé para qué , entonces seguía argumentando su falta tino de ineficiencia de lo que estaban haciendo : Hay violadores , ladrones , por la calles y ustedes aquí perdiendo el tiempo con jóvenes músicos.¿ Es eso lo que pasa en Barranco?, ósea no puede leer , cantar ni pensar esta prohibido en Barranco –dije-- en tono alto. De pronto una señora se mete empieza opinar, y el ridículo de aquella escena se empieza notar  por los que pasan que ya saben que ahí se puede escuchar música al aire libre. Uno de las bestias uniformadas dice, “Lo que pasa es que los otros tienen una autorización”. Eso es lo mas soez que escuchado de un rumiante que solo obedece ordenes, no piensan, no tiene criterio seguro que deben ser seguidores de Maduro. Cogí mi libro de la banca y dije, “entonces aquí no se puede leer , no se puede pensar , no se pude hacer nada en Barranco” , hay cosas más importantes que resolver y ustedes acá gastando  energía y tiempo. Lo que pasa que nadie tiene los cojones para decírselos, yo viví en barranco durante de 10 años y  el país esta así por gente como ustedes, por gente de mierda como ustedes. Aquello lo grite a viva voz, unos se sonrieron  otros me quedaron mirando, agarre mis cosas y me marche, lleno de rabia. Fui tomar el bus, pues tenía que hacer algo importante, espere el bus, estaba de lleno como de costumbre, me acorde en todo el camino de un amigo que quise mucho y se paso luchando por cambiar algo este país. Una de las cosas que más recuerdo del era la siguiente: Una vez me dijeron, no reniegues, no te quejes, las cosas van cambiar. Llevo así muchos años con esa falsa promesa de cambio, esta mierda tiene que parar de alguna manera y lo mejor es denunciarlo. Su nombre era Julio Polar, un luchador, un hombre que buscaba  el cambio. Julito como haces falta ahora en estos momentos, una opinión acertada y una crítica corrosiva tuya, con el sentido de humor que tenías valdría más que escuchar aquellas falsas promesas de cambio.



Yo todo lo que prometo lo cumplo: Esto va para el municipio de Barranco  “No vuelvo a pisar el parque de Barranco” hasta que reivindique la libertad del artista.

Iz.